Preparando la Navidad con un acto de penitencia y reconciliación.

El pasado martes 10 de diciembre, el Colegio El Reinado de Madrid celebró su tradicional acto penitencial, una costumbre que lleva realizándose desde hace 15 años y que tiene como destinatarios a los alumnos de la ESO y Bachillerato.

Bajo el lema: “Reinado, camino de esperanza” la jornada ayudó a reflexionar sobre la luz que trae la llegada de Jesús. “Este acto se organiza en los tiempos litúrgicos de mayor relevancia, como son el Adviento y Cuaresma y es una oportunidad para fomentar la reconciliación y el perdón de los asistentes” explicó el padre Pepe, capellán del colegio.

La actividad central fue el árbol de la esperanza, un panel en el que cada alumno depositaba una luz, representando la luz que trae el Niño Jesús al mundo y a nuestros corazones y el compromiso personal de iluminar el mundo con la presencia de Cristo. Este gesto buscó recordar a los jóvenes el poder transformador del perdón y la reconciliación.

El acto comenzó con la lectura de la Palabra y una homilía, que prepararon el ambiente para un momento de profunda oración y reflexión. Durante toda la jornada se respiró un ambiente de silencio, recogimiento y gracia. 

A lo largo de la jornada los alumnos que querían podían acercarse al sacramento de la confesión. En palabras del Papa Francisco: “La confesión no debe ser vista como una tortura, sino como una experiencia liberadora”. El Pontífice ha insistido en numerosas ocasiones sobre el valor de la penitencia como un camino hacia la paz interior y la renovación espiritual.

Esta jornada es un ejemplo de integración de los valores cristianos en la vida cotidiana de los alumnos y de cómo la identidad cristiana del colegio hace cultura.  

Esta tradición, que se ha consolidado como un pilar del calendario litúrgico en el colegio El Reinado, no solo ayuda a los alumnos a conectar con su fe, sino a toda la comunidad educativa. 

Sin duda, este encuentro espiritual seguirá marcando el corazón de los jóvenes del Colegio El Reinado por muchos años más. 

Gracias al Padre Pepe y a toda la comunidad educativa por hacer posible esta experiencia.