09 de febrero de 2025
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Esta festividad es una oportunidad para descubrir juntos la historia de la Virgen de Lourdes y su mensaje.
En 1858, en un pequeño pueblo de Francia llamado Lourdes, una joven de 14 años llamada Bernardita Soubirous tuvo una serie de apariciones de la Virgen María en la gruta de Massabielle. La Virgen se presentó como «la Inmaculada Concepción» y transmitió un mensaje simple pero profundo: la importancia de la oración, la penitencia y la conversión del corazón.
Estas apariciones se extendieron durante varios meses, en los cuales Bernardita recibió instrucciones para invitar a la gente a rezar el Rosario y a acudir en procesión al lugar. Uno de los hechos más impactantes fue el descubrimiento de un manantial de agua que, hasta hoy, es fuente de sanación física y espiritual para millones de peregrinos.
El mensaje de Lourdes trasciende el tiempo y el espacio. Nos recuerda que, incluso en la sencillez y la humildad de la vida diaria, podemos encontrar la presencia de Dios. La oración, especialmente el Rosario, es un puente directo para fortalecer nuestra relación con Él.
Para las familias, es una oportunidad para enseñar a los niños sobre la importancia de la fe, la perseverancia en la oración y la confianza en la intercesión de la Virgen María.
Cada año, millones de peregrinos visitan Lourdes buscando consuelo, sanación y renovación espiritual. Aunque no podamos viajar físicamente, podemos unirnos en oración y corazón a esta comunidad internacional de fe.
Celebrar a la Virgen de Lourdes es una invitación a abrir nuestro corazón a la esperanza y a confiar en que, como le dijo María a Bernardita, «No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el otro». Un recordatorio de que la verdadera felicidad está en vivir con amor y fe.
¡Que Nuestra Señora de Lourdes bendiga a todas las familias de Arenales y nos inspire a vivir con corazón abierto y esperanza renovada!
Bernardita Soubirous nació el 7 de enero de 1844 en Lourdes, Francia, en una familia humilde. A pesar de las dificultades económicas y su frágil salud, Bernardita demostró una fe inquebrantable que la llevó a ser testigo de las apariciones marianas en 1858. Tras las apariciones, ingresó en el convento de Saint Gildard en Nevers, donde vivió hasta su fallecimiento el 16 de abril de 1879, a los 35 años.
Fue beatificada el 14 de junio de 1925 y canonizada el 8 de diciembre de 1933. Su festividad se celebra el 16 de abril (18 de febrero en Francia). Bernardita es la patrona de los enfermos, personas ridiculizadas por su piedad, pobres, pastores y, por supuesto, de Lourdes (Francia).
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