El pasado jueves, 28 de noviembre, el Colegio Arenales Carabanchel acogió la Jornada de responsables de pastoral de la red educativa Arenales. Más de 30 participantes, procedentes de colegios de distintos puntos como Barcelona, Ferrol, Palencia, León, Zaragoza, Vitoria y Madrid, se reunieron para compartir experiencias y reflexionar sobre el papel de la pastoral en el entorno educativo.
La jornada comenzó con una recepción y desayuno para los asistentes, seguida por sesiones formativas y talleres prácticos.
La primera sesión estuvo a cargo de Alfonso Aguiló quien enfatizó el valor de la comunidad cristiana como núcleo de la propuesta educativa. Destacó la necesidad de crear espacios de acogida e integración, especialmente hoy que presenciamos una “primavera de búsqueda de lo espiritual” donde los jóvenes demandan formación con mayor interés. Subrayó el compromiso de la pastoral como una dinámica de amor y servicio, centrada en ayudar a los demás desde la fe y el respeto, y no como una promoción social.
A continuación d. José María Chiclana inspiró a los asistentes afirmando que «la pastoral es una semilla que se convierte en una bomba atómica de cambio». Invitó a los responsables a reflejar en su trabajo diario el amor a Cristo y la importancia de transmitir el mensaje del Evangelio desde la propia experiencia. Hizo hincapié en la necesidad de visibilizar las iniciativas pastorales y fomentar la unidad de los equipos como testimonio vivo de la fe.
La última intervención de la mañana consistió en un taller de experiencias donde se pusieron en común proyectos y acciones concretas, como iniciativas de voluntariado, catequesis para alumnos y familias, y el uso de herramientas digitales para fomentar la piedad entre los estudiantes. Estas ideas renovaron la motivación de los participantes y sentaron bases para futuras acciones.
Por último, tres antiguos alumnos del Colegio Arenales Carabanchel ofrecieron sus testimonios personales sobre el impacto de la formación cristiana y los valores que aprendieron en el colegio. Sus palabras reflejaron el impacto que ha producido el ambiente de unidad y el acompañamiento recibido, tanto en su fe como en su desarrollo personal.
Manu recordó con gratitud: «Mis raíces en la fe están en Arenales, es aquí donde empecé a rezar». Gabriela, por su parte, destacó cómo el ejemplo de los profesores influyó en su camino espiritual: «Ver la práctica religiosa de los profesores me hizo plantearme muchas cosas, sobre todo la existencia de Dios».
Estos testimonios fueron una muestra de cómo un colegio puede convertirse en un espacio transformador, no solo en el ámbito académico, sino también en el espiritual, dejando una huella profunda en quienes han pasado por sus aulas.
La jornada concluyó con un mensaje esperanzador: la pastoral educativa no solo transforma vidas, sino que también siembra las bases de una sociedad más comprometida y llena de valores. En palabras de Alfonso Aguiló: “Quienes salgan de nuestros colegios deben ser hombres y mujeres transformados por el mensaje cristiano, con un profundo sentido de servicio”.
Los asistentes regresaron a sus centros con nuevas ideas para seguir fortaleciendo la identidad cristiana del colegio renovados en su misión de iluminar la sociedad a través de los valores cristianos y desde la libertad.
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